Abogados especialistas en derecho del tráfico
El derecho que se consagra al tráfico y a la seguridad vial es un compendio de normas administrativas, civiles y penales que dictan disposiciones sobre la circulación de vehículos y que debe cumplir todo aquel que circule por la vía púbica, sea conductor privado o transportista.
Sea para recurrir multas de tráfico, contra transportistas debido al desarrollo de su oficio o para afrontar un accidente de tráfico en un juicio, es necesario contar con la experiencia y el asesoramiento de profesionales cualificados y especializados en este sector del derecho.
Con la nueva reforma del código penal, las responsabilidades penales pasan a ser civiles, entre otros cambios, como la celebración de juicios rápidos para este tipo de casos.
Si usted ha sido víctima de un accidente de tráfico y quiere pedir responsabilidades y/o cobrar una indemnización, o ha sido encausado en un juicio por haber sido interceptado conduciendo con índices de alcoholemia, no dude en ponerse en manos de los abogados de nuestro bufete.
Juicio de faltas por accidente de tráfico
Lo que antes de la reforma del código penal de julio de 2015 era considerado una falta, ahora se considera delito leve y ser hallado culpable, entre otras consecuencias, acarrea tener antecedentes penales.
En este caso de delitos leves se realiza un juicio rápido, cuyo procedimiento se caracteriza por concentrar actuaciones en el juzgado de guardia para agilizar procedimientos (se pone a disposición del juez el detenido en virtud de un atestado policial). Muchas veces debido a la naturaleza del delito se celebra el juicio el mismo día, si el juez considera la in admisión de diligencias previas.
El acusado puede declararse conforme o no conforme, caso en el que su abogado presentará su escrito de defensa. En estos juicios rápidos se incluyen tanto los casos de conducir bajo los efectos de la alcoholemia como el de conducir sin carnet.
Reclamación de indemnizaciones por accidente de tráfico
En cualquier accidente de tráfico, sea de la gravedad que sea, pueden producirse lesiones y daños, da igual que hubiera o no dolo (culpa) del conductor.
Normalmente, son las compañías aseguradoras las que, mediante parte del afectado, tramitan los procedimientos, pero un abogado independiente de toda empresa y especializado en este tema va a ser quien más bien responda para conseguir una indemnización justa. Por ello es aconsejable acudir a abogados independientes de toda compañía aseguradora.
La determinación del daño y lesiones sufridos en el accidente de tráfico viene estipulada por la Ley 35/2015, de 22 de septiembre, en la que existe un baremo para cuantificar los daños.
Si usted ha sido víctima de un accidente de tráfico, debe ponerse en contacto inmediatamente con su abogado para que este efectúe las tramitaciones lo más rápida y fehacientemente posible, ya que en este tipo de casos la rapidez de las actuaciones es primordial.
Igualmente, si usted no ha sido el causante del accidente pero es el propietario del vehículo que ha causado el accidente, deberá responder subsidiariamente junto con el autor, por lo que es imprescindible que se ponga en contacto con un abogado especialista.
Accidente laboral o de trabajo
Un accidente no tiene por qué producirse en la vía pública, también en el entorno laboral. Se considera accidente laboral aquel que el empleado sufre en virtud del desempeño de sus funciones en su sitio de trabajo.
Quizás usted no sepa que si sufre un accidente yendo hacia su puesto de trabajo o volviendo de él, también se considera un accidente laboral. En estos casos se llama un accidente laboral in itinere, en el camino de o hacia el trabajo, y también está sujeto a indemnización por parte de la empresa.
Muchos trabajadores no denuncian porque no tienen conocimiento de que les cubren estos derechos, por ello ante cualquier percance (torcedura de pie, atropello, etc.) en su recorrido hacia o desde su puesto de trabajo es reclamable.
Recuerde, además, que se considera accidente de trabajo también la lesión psíquica siempre que, como en las físicas, exista un nexo causal. Así es como el estrés profesional o laboral que menoscabe su salud se considera accidente de trabajo, así como el síndrome de estar quemado (burnout) y el mobbing laboral (acoso).
Cierto es que estos accidentes son más difíciles de demostrar que los que acarrean secuelas físicas, ya que estas últimas son más evidentes para el médico, quien realizará el correspondiente parte, y por eso muchos se abstienen incluso de pensar en interponer la correspondiente demanda, pero nuestros abogados laboralistas están especializados en estos tres clásicos: estrés, burnout y mobbing, por lo que contará con un asesoramiento con todas las garantías.
Incapacidad por accidente laboral
La incapacidad por accidente laboral es una figura jurídica controvertida, en tanto en cuanto las últimas disposiciones con rango de ley dictadas por el gobierno de estos últimos años han complicado los trámites y los requisitos para que la incapacidad laboral, aunque sea justificada, pueda ser motivo de despido procedente.
A modo de ejemplo, ya desde el primer día el trabajador que incurra en la falta de asistencia a su puesto de trabajo, sea por un resfriado inoportuno u otra contingencia común, debe presentar el correspondiente parte médico de un día, aunque se incorpore al día siguiente. Si no, es motivo de despido procedente por ausencia injustificada.
Otro ejemplo: dos incapacidades temporales continuas en el lapsus de tiempo de seis meses es motivo de despido procedente (aunque estén justificadas por sus partes médicos correspondientes). Es decir, si usted coge un resfriado que le dura un día, presenta el parte médico, y tiene la mala suerte de romperse un dedo en menos de seis meses, pueden despedirle cobrando 22 días por año trabajado.
Por ello, ante cualquier duda que se le presente, es preferible que solicite asistencia jurídica sin compromiso alguno. Nuestros abogados laboralistas podrán cubrirle en todo momento y usted no se sentirá desamparado.
Es muy probable que con la complicada legislación actual se le puedan pasar por alto preceptos legales que pueden condicionar su vida laboral y, como se ha aclarado, de forma tan tajante que se ponga fin a ella con el despido.
Incapacidad permanente
La incapacidad permanente surge cuando trascurren dieciocho meses tras la incapacidad temporal y, habiendo pasado el correspondiente tribunal médico que dictaminará su incapacidad, le declaran inválido para volver a trabajar.
Aun así, la incapacidad permanente tiene muchas especificidades. Usted puede ser declarado inválido para trabajar en su profesión (incapacidad parcial) o puede ser declarado inválido para trabajar en cualquier sector (incapacidad absoluta), o bien ser declarado con gran invalidez.
Es un tema delicado en el que es imprescindible que, durante el trascurso del proceso, esté asesorado por abogados laboralistas especializados. Incluso para una futurible revisión de su incapacidad.
Pensión por incapacidad
Como decíamos en el epígrafe anterior, al ser declarado incapaz laboralmente, usted pasará a engrosar la lista de pensionistas de nuestro país, con los beneficios y vicisitudes que ello entraña.
Entre las cuales, el cobro de una pensión.
Ello determinará su nivel de ingresos para el resto de su vida y creemos que es una razón con suficiente peso como para contar con la asistencia de un abogado que le guíe y oriente en el cálculo y subsiguiente tramitación ante los organismos públicos y su empresa.
Recurso incapacidad permanente
Asimismo, es posible que una vez declarada la incapacidad permanente por el organismo público competente o bien no esté de acuerdo con el grado, o bien con la cuantía de la pensión.
En ese caso es perceptible la asistencia de un jurista laboral especializado en temas de la seguridad social para interponer el correspondiente recurso ante el organismo público.
Recuerde que las incapacidades permanentes no solo son revisables, sino que se pueden recurrir: tanto si no le han declarado incapaz y usted y los partes médicos abogan por ello, como si le declaran incapaz y su equipo de médicos cree que no debería habérsele declarado incapaz para el desempeño de su profesión.
Son trámites muy duros que condicionan una vida, por lo que contar con abogados con una dilatada carrera en este tipo de recursos es la mejor garantía para que no decidan su destino.